Cuida la calidad del agua en el tanque.
El nitrógeno amoniacal y el fosfato en los acuarios son indicadores clave de la salud de los peces. El nitrógeno amoniacal proviene principalmente de la descomposición de excrementos de peces y residuos de cebo, y una concentración superior a 0,02 mg/L daña las branquias de los peces, provocando intoxicación o incluso la muerte. El fosfato, por otro lado, proviene de la descomposición del alimento y la materia orgánica. Un exceso de nitrógeno puede provocar la proliferación de algas y alterar el equilibrio ecológico.
Una buena gestión de la calidad del agua requiere análisis regulares de nitrógeno amoniacal (se recomienda <0,1 mg/L) y fosfato (para controlar la proliferación de algas), así como el mantenimiento de la estabilidad mediante cambios de agua, una mejor filtración y una alimentación adecuada. ¡Cuidemos la calidad del agua del acuario y creemos un hogar seguro para nuestros peces!







